Querida Comunidad Rosarina,
Junto con desearles un excelente final de año, escribo desde la vereda del Señor, nuestro Padre Dios, para agradecerles por todo lo logrado este año 2022. Uno de esos logros destacables fue la actualización de nuestro nuevo proyecto educativo. Un camino largo que se consiguió a través de diferentes procesos participativos, y en el que se consideró la perspectiva de todos los estamentos de nuestra comunidad rosarina.
Al igual que el camino que toma Cristo en su peregrinar y evangelizar, nuestro Colegio Rosario Concha se hace al andar. En ese sentido, el dejar huellas en el futuro es una labor netamente de responsabilidad compartida. Por un lado, la familia como pilar base de la sociedad tiene que comprometerse a ser corresponsable de la educación de sus futuras generaciones, así como todas y todos los docentes y funcionarios del Colegio tienen que se corresponsables de educar en el aula y en el espacio escolar; es más, incluso las y los niños tienen que lograr asumir ciertas responsabilidades, derechos y deberes de lo que implican sus distintas etapas de desarrollo, pero claro, esto con nuestra guía y compañía compartida.
En este próximo año 2023, y en todos los demás años que esté dirigiendo y trabajando en nuestro establecimiento, deseo de todo corazón que las y los estudiantes marquen la diferencia, tanto en lo académico como en los valores que les inculcamos desde que llegan a nuestras dependencias. Esa fraternidad que inicia con el amor a Dios es un largo camino que realmente deja huellas en el futuro. Así como dice la canción “El Peregrino de Emaus”: En ocasiones no nos conocemos al caminar, pero luego de poner en común lo que nos mueve, nos llama la atención, nuestros sentires, y en simple acto de compartir, comenzamos a conocernos.
Cada año los docentes y funcionarios, al igual que todos los cursos del Colegio, realizamos un retiro espiritual, jornada justamente que fortalece el espíritu rosarino, que nos da luces para andar los unos y los otros como una gran familia. En la ocasión disfrutamos mucho de las diferentes enseñanzas compartidas y esto nos permite decir con propiedad que nuestro equipo es rico en capacidades, comunidad y Fe. Un equipo al servicio de los nuevos líderes del futuro, estudiantes íntegros, críticos, comunitarios, solidarios, amigables con el medio ambiente y con formación católica. Pero como dije antes esta es una corresponsabilidad de toda la comunidad rosarina.
Pronto a terminar nuestro año 2022 y comenzar las planificaciones de un próximo 2023, quiero pedir a Dios que nos facilite el camino para lograr todos nuestros objetivos y convertirnos en las y los Rosarinos del Futuro.
¡Feliz 2023 a todas y todos!
Atte. Julia Thamm Jofré
